Messi es más grande que Pelé

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Argentina llegaba aturdida al encuentro frente a Bolivia, tras el episodio para el olvido en São Paulo. La última imagen de Messi se había visto cuando de manera furiosa salió post-suspensión a debatir junto con Scaloni a su amigo y compañero en PSG Neymar, y su seleccionador Tité. Pese a esto, no podía haber mejor escenario para la “Pulga” que un 3-0 en el Monumental, con la vuelta del público a las canchas bajo “prueba” y con 3 goles del él. La fiesta del campeón fue perfecta.

Con sus 3 gritos superó a “O’ rey Pelé”, y se convirtió en el máximo anotador a nivel selecciones nacionales de Sudamérica (79, y contando). El campeón de América vivió unos meses turbulentos, pero dijo presente en Núñez pisando fuerte. “No había mejor manera y poder festejarlo es increíble. Están mi mamá, mis hermanos en la tribuna. Se ha sufrido mucho”, se expresó al concluir el partido. Alrededor de 21.000 personas se rindieron ante el rosarino y su buen fútbol.

Reverencias y ovaciones para un Messi más que feliz, el periodismo que tanto lo cuestionó por fin tuvo que salir a decir la verdad, en esta, Leo les tapó la boca a todos. MVP de la Copa América, y el jugador más determinante para la historia de la selección argentina (79 goles y 47 asistencias, es decir una participación directa de 126 goles en 154 encuentros).

Lionel Messi celebra su gol contra Bolivia. .JUAN IGNACIO RONCORONI / EFE

Suelto y con amor por la camiseta, así se lo describió tras su encuentro “soñado”.  Se besó el escudo y señaló el parche de campeón, todo lo que en algún momento se le criticó, en este caso solo se llevó elogios. El capitán que todos desean tener, que hoy por hoy juega, pero, también hace jugar a los demás. Con carácter y esfuerzo, creó junto al líder de la “Scaloneta” una identidad de juego en el vestuario que hace años no se veía.

Apareció calentando a su manera, con los típicos tiros libres y mayoría de golazos durante la entrada en calor. Al grito de «Meeeesiiiii, Meeeesiiii…”, trató de saludar a cada rincón del Monumental que coreaba su nombre.

Ya en partido, el primero fue un verdadero golazo, encontró justo la pelota que le quedó cortita y al pie tras un caño al jugador boliviano que aún intenta saber por dónde pasó el balón. Para los que decían que Messi solo hace goles de zurda, apareció en el segundo gol encontrando hueco en el área y remato de derecha para aumentar la diferencia. Pero, a decir verdad, el partido del rosarino fue perfecto y no solo por sus goles, sino también porque demostró que está más comprometido que nunca, recuperó y trabó aun así con el partido ya liquidado. El tercero, llegó en un abrir y cerrar de ojos, en donde sentenció el encuentro ante Bolivia, que poco pudo hacer.

Messi, entre lágrimas, y como nunca antes visto, recibió la Copa América de manos de Claudio Tapia, el presidente de la AFA, y se la ofrendó a todo aquél presente que disfrutaba más de verlo levantar el trofeo por sobre el espectáculo de turno en ese momento (Luck Ra y Jimena Barón cantaban “El campeón”, el tema inspirado en el título obtenido por la selección). El festejo continuó, hubo vuelta olímpica y derrape por el césped intacto del Monumental –pese a las intensas lluvias de los últimos días- se lo vió impecable. Cerraron Los Totora y hubo tiempo para que el Papu Gómez sea arengado por sus compañeros mientras se tiraba unos pasitos prohibidos.

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